Dharma y Karma

La palabra karma ya está muy extendida en nuestra lengua. Incluso está aceptada por la Real Academia Española. Significa «acción» en sánscrito, y para la mayoría representa un castigo por las acciones pasadas. Yo lo veo distinto. Para mí el karma representa nuestros retos en la vida. Algo que nos cuesta trabajo superar, pero que una vez obtenido nos da liberación, crecimiento, entendimiento y paz. No lo considero malo en ningún momento, aunque ciertamente mientras no se trabaje en superarlo, generará sufrimiento.

Dharma, por otro lado, es una palabra que menos gente conoce. En el Bhagavad Gita representa la misión o propósito de uno, es decir, lo que estás destinado a hacer en esta vida; en resumidas cuentas —y desde mi perspectiva— el karma son los obstáculos que la vida te ofrece, mientras que el dharma es tu camino a seguir. Pudiera pensarse que ambos términos son opuestos. Yo los veo como complementarios.

Platicando con una amiga, nos hizo la observación a Gaby y a mí que tanto Miguel como Rafael tenían lo que ella denominaba «ángel». Una forma de decir que la gente quiere estar con ellos, que quieren ser sus amigos, se les acercan, los saludan, etc. Se sienten atraídos hacia su personalidad; sin embargo nos comentó que mientras que a Rafa se le da de manera natural y aprovecha esos dones, a Miguel le pesa. Rafa disfruta ser el amigo de todos, Migue lo sufre y quiere estar más a solas. Una sola virtud, dos formas diferentes de presentarse: dharma y karma.

Ahora, mirando mis virtudes y defectos, trato de no etiquetarlos. Virtud y Defecto son dos caras de la misma moneda, pero en realidad lo que yo poseo es la moneda. Decidir qué lado muestro a los demás —o a mí mismo— es una elección personal. Puedo sacarle provecho o destruirme por ella.

Peritos
Foto: Mark Normand vía Free Images cc